cajondesastre

martes, mayo 09, 2006

silencio

Se conocían desde hacía más tiempo del que a veces les hubiera gustado. Pero ahora eran dos extraños. La vida, caprichosa como siempre, les había llevado por distintas "sendas en el tiempo". Ambos se reconocían, pero ni por dentro ni por fuera. Sólo lo sabían. Ella había pensado muchas veces en ese reencuentro. A él le agradaba poder hablar con una vieja amiga, aunque se sorprendió de lo contento que parecía su corazón (o estómago, según quién lo mire ;) ). Después de ese encuentro se quedó perturbado. No podía explicarselo. Sabía que ella ya no era la misma chiquilla con trenzas con la que jugaba en el recreo. Sin embargo, no esperaba sentir algo así. Asustado, se dijo a sí mismo que se debía al tiempo que había transcurrido, y al factor sorpresa.

No muy lejos de allí, la chica estaba pletórica. El destino siempre había sido travieso con ella, pero esa vez no lo podía creer. En todo el tiempo que habían sido niños, nunca se había atrevido a decirle que para ella realmente era algo más que un amigo. Muchas veces se había arrepentido, quejándose de no haber tenido una última oportunidad. Y el destino se la había vuelto a jugar!!

-Bueno, mejor será que me olvide-pensó ella- sólo ha sido un simple café.

Cuando el murió muchos años después, ella fue al cementerio para darle un último adiós. No había mucha gente en el entierro, por lo visto sólo tenía un par de sobrinos. En su lápida estaba escrito: tremendamente sólo después de un último café